viernes, 4 de febrero de 2011

El Holocausto, un drama para no obviar

Fuente: http://www.elsolonline.com

Autor: ANA CÁRDENES

Más de seis décadas después del fin la Segunda Guerra Mundial, el mundo celebró el Día Internacional en Recuerdo del Holocausto –el 27 de enero– con el fin de impedir que el genocidio caiga en el olvido y que una tragedia como esa pueda repetirse

El 27 de enero de 1945, el Ejército Rojo liberó el campo de Auschwitz- Birkenau, situado en la Polonia ocupada y que se convirtió el mayor centro de exterminio del nazismo con el asesinato de entre 1,5 y 2,5 millones de personas, en su mayoría judías. La ONU eligió la fecha de la liberación de ese terrorífico complejo para que a lo ancho y largo del planeta se conmemore el drama y se recuerde a sus víctimas. En los últimos días se han celebrado múltiples ceremonias en diversos países para mantener vivo el recuerdo del Holocausto (llamado en hebreo Shoa).


En un discurso especial ante la Kneset (parlamento israelí), el primer ministro Benjamín Netanyahu aseguró que el pueblo judío ha aprendido la lección del Holocausto, pero que el resto del mundo no lo ha hecho todavía. "El hecho de que el antisemitismo en el mundo se está renovando y expandiendo es obvio. Si alguien cree que el antisemitismo acabó con la II Guerra Mundial y el Holocausto, ahora es evidente que sólo fue una pausa", advirtió el jefe de Gobierno del Estado judío.

CONTRA LA INTOLERANCIA DE ORIGEN ÉTNICO. La Asamblea General de la ONU en Nueva York realizó un acto el jueves centrado en cómo las mujeres vivieron el drama, mientras en la sede de la Unesco, en París, tuvo lugar un seminario para enseñar a los profesores a instruir a sus alumnos sobre lo sucedido en la Alemania nazi antes y durante la Segunda Guerra Mundial. También se hizo en la capital francesa una ceremonia en la que dio su testimonio Shlomo Venezia, escritor italiano y superviviente de Auschwitz-Birkenau, obligado a participar en un "sonderkommando" (grupo de trabajo en las cámaras de gas). La conmemoración mundial de la Shoa fue establecida en una resolución adoptada en el 2005 por unanimidad en la ONU, que insta a los países a educar a las generaciones futuras sobre los horrores del genocidio y condena todas las manifestaciones de intolerancia religiosa y el hostigar, acosar o ejercer violencia contra personas a causa de su origen étnico y sus creencias.

En Berlín, la ocasión se marcó con un concierto especial en la mayor sinagoga de la ciudad en presencia de las principales autoridades alemanas. El Parlamento Europeo en Bruselas también dedicó tiempo para celebrar una ceremonia de recuerdo e inauguró una exposición en la que se exhiben planos y fotos aéreas del campo de la muerte de Auschwitz-Birkenau. En Israel, el Yad Vashem (museo del Holocausto), aprovechó en Jerusalén la ocasión para impulsar sus actividades educativas y exposiciones itinerantes que recuerdan a los muertos y honran a los héroes, tratando de que en ningún rincón del planeta la matanza caiga en el olvido. En el Kibutz Yad Mordejai -situado en el sureste de Israel y que toma su nombre de uno de los líderes del levantamiento del gueto de Varsovia- han ideado una original fórmula para que la gente se haga una idea del sufrimiento que enfrentaron millones de judíos en los campos de concentración.

El museo de esta pequeña comunidad rural inauguró recientemente una suerte de parque temático del Holocausto especialmente destinado a los más jóvenes. La exhibición transporta a sus visitantes a un campo de concentración virtual en el que, nada más entrar, se les coloca en la ropa la proyección de una estrella de David amarilla, tal como se obligaba a hacer a los judíos en la Alemania nazi. El museo recrea el encierro en un tren dirigido a los campos de concentración, por cuyas ventanas cerradas con alambre de púas se ven imágenes de fotos reales de la época. Cuenta también con un modelo a escala del gueto de la capital de Polonia, tras el que se proyectan fotos de la vida en el campo. Un "show" de luces y sonido recrea la revuelta de la resistencia judía.

UN DRAMA NO SÓLO JUDÍO. Israel dedica grandes esfuerzos para que no se olvide el drama que sufrió su pueblo y del que también fueron víctimas otros grupos perseguidos por los nazis como los gitanos, los homosexuales, los comunistas o personas con minusvalías físicas y psíquicas. Casi todos los niños en edad escolar visitan alguno de los campos de concentración en Europa, mientras el paso por el museo Yad Vashem, en Jerusalén, es visita obligada de todos los dignatarios extranjeros que llegan al país y recibe cada día a grupos de estudiantes y militares. Además de la actividad educativa, este museo realiza una ingente tarea de investigación para documentar la tragedia. Este mes anunció que ya ha conseguido identificar a cuatro de los seis millones de judíos que los historiadores calculan murieron a manos de los nazis alemanes y sus aliados.

En la última década, el Yad Vashem ha añadido los nombres de 1,5 millones de judíos a las listas de víctimas de su base de datos. A través de fotos, cartas, diarios personales, periódicos y todo tipo de documentación, la institución se esfuerza en encontrar no sólo los nombres, sino también la historia personal de cada víctima, con el fin de poner cara y dar una identidad a los judíos asesinados para dar una dimensión más clara de la tragedia. Los archivos del Yad Vashem guardan la mayor colección de documentos sobre el Holocausto: 130 millones de páginas, 100.000 testimonios de supervivientes, 400.000 fotografías y más de 25.000 objetos y 12.000 obras de arte relacionadas con la Shoa.

El museo utiliza todos los medios a su alcance para llevar a cabo su labor. Recientemente abrió un canal en el portal de internet YouTube en persa para que los iraníes, cuyo presidente, Mahmud Ahmadineyad, niega el Holocausto, puedan acceder a información en su propio idioma. También presentó recientemente el sistema Reconocimiento Óptico de Caracteres, desarrollado conjuntamente con Google, el gigante de las búsquedas en la web, para facilitar el acceso a sus fondos. Según explica el director del museo, Avner Shalev, "los alemanes no sólo quisieron destruir a los judíos, sino también borrar todo lo que los recordase". Una atroz tarea contra la que lucha cada 27 de enero la celebración del Día Internacional de Recuerdo del Holocausto.

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