jueves, 4 de noviembre de 2010

"Somos el archivo más grande del mundo en volumen de conservación de documentos"

"Somos el archivo más grande del mundo en volumen de conservación de documentos"

Fuente: GLOBALHENARES.COM

web: http://www.globalhenares.com/


Alfonso Dávila es actualmente director del Archivo General de la Administración (AGA), pero su relación con éste data de su formación académica a principios de los 80 cuando realizó sus prácticas en él. Posteriormente, continuó su carrera en Burgos para regresar a Alcalá tras aprobar las oposiciones y ejercer como técnico superior en la ciudad complutense hasta que solicitaron sus servicios en el Archivo Histórico Provincial de Álava, desde donde regresó al AGA, ya como director, en el año 2006. El próximo 3 de noviembre, Alfonso Dávila y el AGA abrirán de nuevo sus instalaciones al público para enseñar una interesante muestra sobre el ex presidente de la
II República, Manuel Azaña.

¿Qué tipo de archivo es el AGA a nivel nacional?

Se trata del Archivo General de la Administración y, por lo tanto, se puede ubicar en el primer volumen de archivos administrativos de carácter intermedio. Tiene su alter ego en los archivos de las distintas Comunidades Autónomas, que
también tienen sus archivos generales intermedios.

¿Es uno de los archivos más grandes del mundo?

Es el tercero en lo relativo a metros cuadrados construidos de volumen de archivo —tiene 44.000 m2 edificados sobre una
parcela de unos 18.000 m2— tan sólo superado por la Cité des Archives de Fontenebleau (Francia) y el archivo intermedio del Gobierno Federal de Washington (EE UU). Sin embargo, en cuanto a volumen de capacidad de almacenamiento de conservación de documentos posiblemente somos el primer archivo del mundo.

¿Por qué se ubica este importante archivo en Alcalá?

El AGA conserva la memoria histórica más reciente y se construyó en Alcalá de Henares porque la tradición archivística de España de la Edad Media así lo determinaba. Alcalá fue la ciudad administrativa de Toledo durante los reinos visigodos, y esta tradición se recuperó en el siglo XIX, trayendo el archivo al Palacio Arzobispal y construyendo ya en el siglo XX el AGA.

¿Qué pasó con el archivo del Palacio Arzobispal?

Se destruyó por un incendio fortuito en agosto de 1939, posiblemente porque algún fondo fotográfico de emulsiones de nitratos eclosionó y produjo fuego.

¿De qué fecha datan los documentos que actualmente conserva el AGA?

Conserva documentos desde la edad media (siglo XIII), cuando se canjearon los derechos señoriales por documentos de deuda pública. Se conserva esa transacción. Lo más reciente que ha entrado son los expedientes de Extranjería de los años 2004 y 2005.

También el edificio tiene historia.

El edificio se proyectó en 1969 como un gran archivo administrativo. En su momento fue pionero arquitectónicamente por su diseño pactado entre archiveros y arquitectos. Su construcción tuvo que solucionar las abundantes capas freáticas del subsuelo alcalaíno y anclar sus cimientos en rocas madres. Se erige sobre nueve plantas y soporta 1.200 kilogramos por metro cuadrado. Generó polémica porque se levantó una enorme mole de ladrillos en una ciudad tan clásica como Alcalá y se rompió el equilibrio entre lo moderno y lo clásico.

¿Cuál es el límite de capacidad de este archivo?

Este año hemos destruido en total unos 148.000 kilogramos de papel y el archivo se encuentra actualmente a un 70% de capacidad, aunque llegamos al 100% en seguida, ya que, a la vez que se decide no conservar documentación sin interés, también recibimos y almacenamos casi el mismo volumen.

¿Por qué se elimina esta información?

Bien porque se pasa a soportes digitales o bien porque se encuentra en otros organismos y no es necesario archivarlos. Normalmente se hace un estudio muy detallado y la documentación pasa por dos filtros distintos donde se dictamina que se conserva y qué se destruye.

¿Qué tipo de usuarios acuden al archivo?

El perfil del usuario es muy variado. Aquí vienen ciudadanos particulares que buscan datos de carácter fiscal o sobre su vivienda, pero también acuden investigadores profesionales.

Pero, no es fácil entrar

Tenemos unas altas medidas de seguridad porque conservamos el Derecho al Honor y la Intimidad de los ciudadanos. Por eso da impresión de hermetismo.

¿Cuánta gente acude al año?

Unos 1.500 o 2.000 investigadores profesionales al año, aunque atendemos entre 30.000 y 50.000 peticiones relacionadas con atención a los ciudadanos y administraciones públicas.

¿Qué otras actividades desarrolla el AGA?

Desde dos exposiciones anuales, hasta visitas guiadas, pasando por colaboración con universidades, talleres de empleo con distintas facultades y cátedras, o programas de formación con iberoamérica, etc.

¿Cuáles son las exposiciones de este año?

Una trata sobre el sello o tampón administrativo desde que se implanta de forma pionera en nuestro país en el siglo XVIII. La otra, que inauguraremos el 3 de noviembre, tratará sobre Manuel Azaña, y se centrará en el hombre, en el intelectual, en el escritor, no en el político. Nuestro objetivo es sacar a relucir el Azaña desconocido a través de fotos y documentos de gran valor.

Entre tantos documentos habrá más de una curio-sidad.

Sí. De hecho, una vez un becario encontró un documento de la embajada de España en París del siglo XIX que hablaba sobre un indigente muerto en el país galo que portaba una cajita llena de cabello. Las posibilidades de interpretación son tan variadas como extraño el propio documento. Pero también tenemos curiosidades históricas, por ejemplo, contamos con el Decreto de la Transición Española firmado por Adolfo Suárez o con uno de los ejemplares originales de la Constitución de la II República Española de 1931.

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